Reciclar papel

Reciclar papel

 

Ts’ai Lun, inventó el papel en China en año 200 a. C. Una auténtica revolución para el desarrollo y transformación de las sociedades. Un evento que permitió desde entonces un cambio en la comunicación y en la enseñanza. La posibilidad de dejar legados históricos por escrito y transmitir los conocimientos entre generaciones a lo largo de los tiempo.

Lo que seguramente nunca puedo imaginar Ts’ai Lun, es que el uso masivo de su invento se extendería por todo el mundo, hasta el punto de que su producción tuviera que ser cuidada estratégicamente, para un buen uso, respetuoso con el medio ambiente. No podemos olvidar que el papel procede de una materia prima de origen natural, como es la madera de los árboles. Por eso, ante las amenazas de la deforestación y el cambio climático, es importante sacar todo el rendimiento posible no solo al uso del papel, si no a sus técnicas de fabricación. Apostando por la sostenibilidad y la gestión eficiente de un recurso natural, que en el caso del papel, es un gran candidato para las técnicas y políticas de reciclaje.

Con los avances en tecnología y procesos de elaboración, el papel reciclado ahora es casi tan blanco y tiene el mismo rendimiento de impresión que el papel no reciclado. Los papeles blancos no tienen apariencia de reciclados pero se pueden comparar a los papeles de fibra virgen. Es importante recalcar este hecho, ya que históricamente se ha asociado con el papel reciclado, únicamente aquel que tiene un tono tostado y presenta fibras observables en su superficie. Además el proceso de reciclado es posible realizarlo hasta 4 ó 5 veces.

 

¿Por qué es importante reciclar papel?

Los árboles son los responsables de producir el oxígeno que respiramos. Por ello, juegan un papel primordial a la hora de conservar el equilibrio de los ecosistemas del planeta. Una gran parte de los bosques de la tierra han sido talado por diferentes tipos de industrias, es por eso que hay que conservar cuidadosamente el uso que hacemos de las regiones verdes que aún tenemos. Pero además de esta obviedad tan aplastante, existen otras razones para el reciclaje del papel menos conocidas:

  • Contribuye a la preservación de especies animales y de plantas.
  • Disminuye los suelos contaminados.
  • Mejora definitivamente la calidad del aire que respiramos.
  • Favorece el ahorro de agua y energía empleados en la fabricación del papel, fomentando así un doble cuidado en el desperdicio de otros recursos.
  • Se reduce el empleo de productos químicos para su elaboración.
  • Disminuye la necesidad de acondicionar nuevos espacios para verter los residuos derivados de la producción del papel.
  • Genera conciencia ecológica en la sociedad. Nuestros actos hacen que otros se adhieran a una filosofía de consumo y de vida más sostenible.
  • Enterrar el papel usado en un vertedero convencional libera gases 23 veces más dañinos para el medio ambiente que el CO2.

Además, la industria del papel genera un alto porcentaje de los gases de efecto invernadero, que a su vez están implicados en la destrucción de la capa de ozono, protección natural del planeta contra la radiación ultravioleta del sol.

La fabricación de papel reciclado utiliza mucha menos de energía y agua de las que se consumen al fabricar el que se extrae de los árboles para una primera elaboración, generando un 40% menos de gases de efecto invernadero.

Actualmente, casi la mitad de la madera que se extrae de los bosques, es utilizada en la fabricación de nuevo papel. Si recicláramos todo ese papel que consumimos, solo una cuarta parte de la madera se vería destinada a la actividad de las empresas papeleras.

 

¿Cómo se recicla en papel?

En el proceso de reciclaje del papel, todo empieza por ti, ya que lo principal es la separación del papel de otros residuos. Lo que nosotros llamamos reciclaje, no es más que el inicio de todo un procedimiento de transformación. Pero veamos qué pasa más allá del contenedor azul en distintas etapas.

  • Transformación de la celulosa en pulpa:

Una vez que el papel se traslada desde el contenedor azul hasta la planta de reciclaje, se utilizan distintos procedimientos químicos y mecánicos para su transformación en pulpa a partir de la celulosa. Mezclando la pasta química con agua y separando mecánicamente las fibras, con el posterior añadido de sustancias que consiguen el estado deseado para sus siguientes fases de transformación.

  • Suavizado o tamizado:

En esta fase la pasta de celulosa se deposita en una especie de bastidor con una tela sobre la que forma una lámina. El agua atraviesa la tela como un colador y las fibras permanecen situándose en una posición paralela a la tela.

  • Depuración de la pulpa:

En este paso se procede a separar los residuos de la pulpa mediante métodos de centrifugado y burbujas de aire. Así se limpian las partículas residuales adheridas a la pulpa y se eliminan los restos de tinta. Consiguiendo así la limpieza de la pulpa.

  • Refinamiento y blanqueado:

Podemos entender este paso como un depurado extra, que limpia aún más la pasta de papel, depurándola mediante filtrado y centrifugado. Una vez libre de partículas impropias de la fibra, se blanquea por distintos métodos, asociados a la aplicación de cloro o TCF con elementos no tóxicos. La técnica TCF, además de evitar el empleo de cloro, requiere menos agua. Esta es reutilizable durante el proceso y permite tratar las aguas residuales más fácilmente.

  • Fabricación de nuevo papel:

Ya tenemos la pasta en un punto óptimo, ahora se pasa por una serie de rodillos y mallas. Tras pasar por ellas, se suprime el resto del agua de la pasta. Una vez se haya logrado la suficiente consistencia, se procede a eliminar el resto de humedad mediante presión y calor. Cuando se seca totalmente podemos dar por concluido el proceso que se verá rematado para su consumo en hoja de papel con el corte a medida.

 

Hemos aprendido un poco más sobre lo importante que es el papel y como debemos tener una conciencia activa para un uso y consumo responsable de este producto. Recicla siempre el papel que usas, ya no hay excusas y cada vez es más fácil y cómodo hacerlo, depositándolo en contenedores destinados a su recogida, que se encuentran muy extendidos y que permiten el traslado masivo del papel depositado a las plantas de reciclaje. Por otro lado, si no lo haces ya, la próxima vez que compres papel, fíjate en los certificados y sellos ambientales de los paquetes. Una simple observación que te llevará a poder elegir lo mejor para ti y para el medio ambiente.