Subrayador Fluorescente

Si tuviéramos que destacar algún elemento de escritura o material de oficina realmente útil, incluso indispensable para algunos, el subrayador sería sin duda uno de los más importantes. Difícil será no encontrar alguno de estos útiles artilugios en cualquier oficina, o entre los utensilios y el material escolar de un estudiante que se precie.

Sus llamativos colores trajeron luminosidad a los textos para llamar nuestra atención sobre ellos, hace ya muchos años, y definitivamente forman parte de los catálogos de material de oficina, además de lucir en las estanterías de todas las papelerías del mundo.

Breve historia de los Subrayadores o marcadores.

Según Wikipedia, un subrayador es “un tipo de marcador de tinta fluorescente que se utiliza para señalar las partes más relevantes de un texto”. Curiosamente la RAE no reconoce la palabra “subrayador” ya que la definición de subrayar es la de señalar por debajo con una raya en un texto. Esta es la principal diferencia entre un subrayador y un rotulador, cuyo concepto fue el mismo hasta el año 1962, cuando el japonés Yukio Horie creó el primer subrayador, que a su vez era el primer rotulador con tinta al agua, lo que permitía un efecto semitransparente. Una característica definitiva y diferenciadora a la que la compañía Carter’s Ink Company sacó utilidad rápidamente, comenzando a comercializar los primeros marcadores con tinta al agua, tan solo un año después.

En 1978, la historia de los subrayadores experimenta una evolución que hará que la tinta fluorescente se afiance como uno de sus características más notables. Sucedió cuando Dennison Company compró Carter’s Ink y comenzó a fabricar subrayadores con colores fluorescentes.

Ya en los años 80, el desarrollo técnico de los subrayadores desarrolla su último gran cambio. Así a sus características principales de efecto semitransparente y color fluorescente, se suma la introducción de otro elemento inconfundible: el cambio de la punta de fieltro por la bolita de polietileno, haciendo las veces de un cabezal con porosidad. Esta evolución proporcionó que la tinta fluyera de una forma más uniforme.

Como en el caso de otros grandes inventos populares, al principio no lo fueron tanto, y la gente seguía prefiriendo los bolígrafos a los subrayadores. Este hecho hizo agudizar el ingenio de los fabricantes, que empezaron a fabricar productos con doble utilidad: la de subrayador y bolígrafo, lo que convirtió en más atractiva su adquisición he hizo que el subrayador finalmente adquiriera una entidad propia que ha llegado hasta nuestros días, y que es una herramienta indispensable en el mundo de la escritura, ya que antes de su existencia, se marcaban los textos con líneas por debajo, acotaciones y símbolos que afectaban a  la limpieza y legibilidad de los mismos.

Algunas características y variedades.

Los subrayadores o marcadores se fabrican en multitud de colores: rojo, naranja, verde, morado… pero sobre todo en amarillo. Este fue en primer color en comercializarse y el único durante mucho tiempo. En la actualidad sigue siendo el color más vendido, y es tan apreciadado por destacar el texto aún siendo un tono más claro, y porque no sale en las fotocopias de originales subrayados.

Otro de los factores que diferencian a los subrayadores amarillos del resto de colores, es el elemento químico que utilizan en su tinta para hacerla resaltar. Esta sustancia se llama piranina, y es también conocida como el componente químico que se utiliza en los laboratorios, como indicador del PH. El resto de colores sin embargo, utilizan rodaninas, elemento asociado también a la coloración de los rayos laser.

Las marcas siguen haciendo evolucionar el concepto del subrayador, y para ello, presentan multitud de modelos para otros tantos usos: marcadores con doble punta en sus extremos, fina y gruesa. Ejemplares con dos colores, distintas densidades de tinta para papeles más gruesos o finos, presentaciones de estuches multicolores.

Desde el principio, los subrayadores presentaban una forma rectangular y gruesa que se ha ido manteniendo como mayoritaria, con variaciones y tamaños distintos, pero dentro del mismo concepto. Por supuesto también han ido apareciendo formas redondeadas más cercanas a la apariencia de un rotulador. Las últimas propuestas, llegan en forma de puntas retráctiles, a modo de bolígrafo, sin capuchón y con clip.

Una de las características más funcionales y distintivas de los subrayadores, es su punta biselada y gruesa en la inmensa mayoría de los modelos. Esta particularidad ayuda a que el trazo tenga una anchura homogénea a lo largo de todo su trazo, con una medida que suele ser suficiente para cubrir todo el alto de una línea de texto de cuerpo normal.

Por último, es interesante destacar como la popularidad de los subrayadores ha llegado también a los medios digitales. Así muchos procesadores de textos, programas de gestión de correo electrónico y software en general, utilizan la característica del resaltado en color como opción en la edición de los textos.

El mercado de los subrayadores.

De las marcas más populares en el mundo de la fabricación de subrayadores podemos destacar varias, y son muchas las grandes firmas de escritura que han desarrollado líneas de este producto. De entre todas ellas, y con permiso del resto, destacan: Staedtler, Faber-Castell y Pelikan, aunque un poco por encima de todas ellas, se encuentra Stabilo Boss, que a pesar de una difícil competencia, es el subrayador fluorescente más vendido en Europa con unas cifras sorprendentes: produce 400 000 unidades diarias. Las ventas superan los 60 millones anuales. Eso significa unos 2 marcadores vendidos por segundo. A lo largo del tiempo Stabilo ha vendido más de 2 billones de marcadores y consumido más de 11 millones de litros de tinta.

Ya sabes algo más sobre ese objeto que seguramente utilizas con asiduidad sin preguntarte de donde a salido, pero que seguro te facilita la vida en tu oficina, o en tus estudios.